La Cuestión Social en una Ciudad de la Cataluña Liberal

Lugares comunes y respuestas distintas: Mataró, 1854-1868

 
Por Ramón Reixach i Puig

 

Proximidades de los liberales con preocupación social

Un sustrato prepolítico católico común

 

Fraternidad

y voluntarismo

 

La instrucción es un bautismo que rescata al hombre del pecado original de la ignorancia

La apuesta social del liberalismo progresista

 

La instrucción y moralización de la clase obrera

La respuesta del liberalismo social católico

 

 

 

 

Proximidades de los liberales con preocupación social

Un sustrato prepolítico católico común

 

En el año 1854 se fundó en Mataró la Sociedad Mataronesa de Amigos de la Instrucción a imagen de la Sociedad Barcelonesa de Amigos de la Instrucción49, que Carlos Carreras d’Urrutia (1807-1873) había erigido en la capital del Principado de Cataluña a finales de 1845, principios de 1846. La entidad barcelonesa, cuyo objetivo era la sensibilización y actuación en favor de la instrucción primaria y secundaria, organizó su primera sesión de trabajo en el internado Colegio Carreras (Sant Gervasi de Cassoles) que había fundado y dirigía el propio Carreras. En ella participó también Laureano Figuerola y Ballester (Calaf 1816- Madrid 1904) y el liberal moderado Joan Illas y Vidal (1816-1876)50.

 

Figuerola y Illas eran también miembros de la recién creada Sociedad Filarmónica y Literaria de Barcelona, creada en 1844 para el fomento de la música vocal y instrumental, y que tenía clases abiertas de Música, a modo de conservatorio y otras de idiomas, Literatura, Historia o Filosofía moral51. Formaron parte en ella, el historiador de Cataluña y en política liberal progresista, Víctor Balaguer; uno de los primeros hombres de la Renaixença literària del catalán, Manuel Milà y Fontanals52, quien pasaría de un romanticismo cristiano independiente vivido en plena juventud a la ortodoxia católica después de una crisis religiosa personal53 y al desengaño por el progresismo; o el futuro director de El Diario de Barcelona y gran admirador del liberalismo católico de Montalembert y del filósofo Jaume Balmes, Joan Mañé y Flaquer54.

 

Figuerola, Fontanals y Illas ya habían coincidido anteriormente en otro círculo romántico, de menor duración, escorado este aún más hacia el liberal progresismo en política, la Sociedad Filodramática, una idea de Pere Felip Montlau, puesta en práctica por Josep Andreu Fontcoberta, alias Covert-Spring, creada el verano de 1836 en Barcelona. Allí se reunirían Milà y Fontanals, el liberal moderado Joaquín Roca y Cornet o los liberales demócratas, en versión catalana, influidos por los pensamientos anticlasistas y de fraternidad universal del socialismo utópico francés (Fourier, Sant-Simón…), Pere Mata y Fontanet y Antoni Ribot y Fontserè55.

 

Contemporáneamente y coincidiendo con el inicio del reinado de Isabel II y el régimen liberal se restauró la vida de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona gracias al Gobernador Interino de la capital, Josep Melcior Prat, traductor en Londres de la Biblia al catalán, labor que recibió la ayuda de otro liberal progresista allí exilado, el mataronés Antoni Puig y Blanch. Centro literario y de promoción de los estudios históricos sobre el pasado catalán, la Real Academia reunió en su seno gran parte de la erudición liberal moderada de la Ciudad si bien contó con progresistas como Víctor Balaguer o el propio Laureano Figuerola quien intercedió, desde su posición como diputado en Madrid, a favor de una de las batallas ganadas por la institución, frenar el proyecto del centralismo gubernamental –el gran enemigo secular catalán- de trasladar el Archivo de la Corona de Aragón a El Escorial56.

 

Un cuarto centro barcelonés reuniría intelectuales liberales moderados y progresistas, al lado de algunos fabricantes, la restaurada, en mayo de 1834, Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País, clausurada por el absolutismo en 1824 por haber sido fundada en 1822 bajo los auspicios de la diputación de Barcelona, durante el Trienio Liberal. Sus objetivos fueron la defensa del proteccionismo, la promoción de la educación primaria masculina y femenina, especialmente la popular y la mejora del sistema carcelario. Conjuntamente con la Diputación y el Ayuntamiento promovieron el sistema de educación primaria llamado lancasteriano, una labor que fue encargada en su aspecto teórico a Figuerola, quien publicó Manual completo de enseñanza simultánea, mutua y mixta (1841) y Guía legislativa e inspectiva de instrucción primaria57.

 

Laureano Figuerola era alumno de Economía del igualadino Eudald Jaumeandreu en la cátedra que de esta disciplina había creado la Junta de Comercio de Barcelona y licenciado en Derecho (1840) por la Universidad de la capital del Principado, restaurada esta entre 1836 i 1837 gracias al nuevo régimen liberal, cien años después que Felipe V la clausurara por ser foco de rebelión austriacista durante la Guerra de Sucesión (1705-1714). En 1846, Figuerola fundó la Escola Normal de Barcelona, futuro Instituto de  enseñanza secundaria. En 1847 obtuvo la cátedra de Derecho Administrativo y  Economía Política de la Universidad de Barcelona. En 1849 publicaría Estadística de Barcelona. En 1853 se trasladaría a Madrid como catedrático de Derecho Político y Legislación mercantil de su universidad58. Liberal progresista fue diputado a Cortes por Barcelona en 1854. Como es sabido, fue ministro de Hacienda en 1869, etapa en la cual aplicó la famosa rebaja arancelaria que lleva su nombre, que enervó a los fabricantes catalanes, e introdujo la peseta como moneda unitaria para todo el Estado. Después de su salida del Gobierno se dedicó a la enseñanza, si bien conservó sus ideales republicanos y fue el primer presidente de la Institución Libre de Enseñanza.

 

Como en el caso de Barcelona, la Sociedad Mataronesa de Amigos de la Instrucción sería, hasta 1868, un espacio de cohabitación entre liberales progresistas y moderados si bien parece que entre los fundadores encontramos un mayor peso de los primeros. La entidad compaginaría la apertura de una escuela nocturna gratuita para obreros, donde los profesores eran los mismos socios, con la celebración por parte de estos últimos los domingos por la tarde, de academias y conferencias de carácter científico, histórico y artístico-literario59. Estas dos últimas influenciadas por los gustos románticos y la irrupción de la Renaixença, es decir, por el interés por la historia de Cataluña y por la recuperación del catalán como instrumento de creación literaria. Las de carácter científico fueron acercándose progresivamente a los temas socioeconómicos recogiendo el testigo de la Comisión Permanente en Mataró de la Sociedad Económica de Amigos del País existente en los años treinta y su preocupación por el fomento de la economía local. A ello se sumó la inquietud para dar respuestas al cada vez más acuciante problema social u obrero. Así por ejemplo, en marzo de 1864, se organizó una sesión con el tema ¿Podrían mejorarse las condiciones físicas, intelectuales y morales de nuestras clases obreras?60

 

El grupo fundador de la Sociedad Mataronesa de Amigos de la Instrucción estaba encabezado por Narcís Carbó y d’Aloi (Barcelona 1826- 1890), médico establecido en la capital del Maresme, hijo del general liberal Jaume Carbó. Narcís Carbó, una vez reincorporado a su ciudad natal, sería catedrático de Terapéutica en la Universidad de Barcelona (1864), presidente de la Academia de Ciencias y Artes (1866), del Instituto Médico (1867), de la Sociedad Económica Barcelonesa de Amigos del País (1872) y del Ateneo Barcelonés (1878 y 1887). Fue autor de diversas monografías médicas y de un Catálogo general de las aguas minero-medicinales de España y del Extranjero (1889).

 

Seguían a Carbó, el joven fabricante de lonas, Josep García y Oliver (Mataró 1834-1883), secretario perpetuo de Sociedad. García, había sido enviado por su tío, propietario de la fábrica, a Inglaterra durante unos meses para aprender nuevos procesos industriales relacionados con su sector. De carácter autodidacta, aprendió francés e inglés y se interesó por la Economía como ciencia. El sería quien propondría, dentro de la Sociedad, que todo el mundo conocía ya como Ateneo Mataronés, la creación de una caja de ahorros que fomentara la previsión popular, la Caja de Ahorros de Mataró (1863) actual Caja de Ahorros Laietana, y de una biblioteca pública, la actual Biblioteca Popular (1866), que permitiera el préstamo domiciliario de libros, un instrumento divulgador pensado para aquellos, especialmente trabajadores, que solo disponían de pequeños espacios de tiempo vespertino para la lectura. Fueron dos iniciativas sociales deudoras de su viaje a Inglaterra. Roto el espacio de cohabitación de las diferentes sensibilidades liberales que se reunían en el Ateneo Mataronés por la crispación política y la beligerancia ideológica que siguió a la Revolución de 1868, García Oliver fundó el Instituto Industrial, Comercial y de las Artes de Mataró (1876) para la defensa de los intereses locales, especialmente los económicos61. Allí pudo manifestar también su pensamiento antiintervencionista, su confianza en el laissez faire en Economía, postura solo quebrada por su demanda al Estado de mantener el marco proteccionista. El Instituto tenía abiertos estudios de comercio y dibujo en horario vespertino y organizaba conferencias de divulgación científica y literaria. Se trataba de facto de la continuación del Ateneo pero en clave liberal progresista.

 

El fin de la cohabitación también afectó a la prensa. En 1878 los progresistas salieron del semanario El Mataronés para fundar El Clamor de la Marina (1879-1883)62, convirtiéndose el primero en órgano de los liberal conservadores. Iniciado el sistema bipartidista de la Restauración, García fue el fundador y presidente de la delegación local del partito liberal sagastiano, progresista, formación por la cual fue elegido en 1881 diputado a Cortes, después de haber sido alcalde de la Ciudad de 1870 a 1872 y 1874 a 1875.

 

Completaban la lista de socios fundadores de la Sociedad Mataronesa de Amigos de la Instrucción:

 

-Jeroni Boada, autor de diversos edificios de la Ciudad e introductor y primer productor de la piedra artificial en la población;

 

-Ignasi Caballol y Sala (Mataró 1824-1882), geómetra, agrimensor y proyectista de diversas fábricas de la localidad. Fue autor del plano de Mataró de 1852, una de los primeros de cartografía parcelaria fuera de Barcelona, primer director del cuerpo de bomberos de la Ciudad y, durante el Sexenio Democrático, regidor liberal (1869-1870); -Josep Maria Arnaiz, profesor de Matemáticas, Sistema Métrico y Declamación, era, el año 1854 capitán y instructor del Batallón de la Milicia Nacional de Mataró, formación reconstituida con la instauración del Bienio Progresista. Arnaiz escribió en El Eco de la Clase Obrera de Madrid63. El año 1837, un Tomás Arnaiz y Barrera había solicitado permiso para abrir una escuela lancasteriana en Mataró. La delegación local de Mataró de la Sociedad Económica de Amigos del País le había dado apoyo por ser un proyecto que beneficiaba a los más necesitados. Una iniciativa que al final no prosperó por falta de apoyo por parte del Ayuntamiento64. Un ejemplo de las limitaciones del liberalismo en materia social. Bloqueada ideológicamente la vía de la intervención y subvención pública, todo descansaba en la sociedad civil y en el fondo en sus sentimientos altruistas individuales, los cuales eran animados mayoritariamente en una sociedad católica, como la catalana de Marina, por el grado de compromiso, coherencia y vivencia personal con la propia fe cristiana. Un sustrato prepolítico sobre el que se levantaban tanto los primeros liberales moderados como progresistas con preocupaciones sociales. Motivo fundamental que hacía que fuera posible compartir espacios y proyectos sin demasiados sobresaltos hasta la Revolución de 1868. Es por este motivo, que con una visión larga y dentro del marco decimonónico de una sociedad liberal como la de Mataró altamente antiintervencionista y antiestatalista, acabaran solo por prósperar las iniciativas sociales de origen religioso o aquellas donde este componente era el motor personal de los impulsores.

 

(continúa... en la obra impresa: Juan BIALET MASSÉ Precursor de la regulación de las condiciones de trabajo)

 

 

AUTOR:

REIXACH i PUIG, Ramón. (Mataró, 1971) Licenciado en Economía (Universidad de Barcelona, 1995); Diploma en Estudios Avanzados en Historia Contemporánea (Universidad Autónoma de Barcelona, U.A.B., 2005); Master en Iniciación a la Investigación Histórica (U.A.B., 2005); Premio Iluro 2005 con la monografía Els pares de la República. El patriciat urbà a la Catalunya Urbana Moderna. Mataró, s. XV-XVIII que fue publicada en 2006. Doctorando en Historia Contemporánea, ha depositado ya su tesis doctoral Els orígens de la tradició política liberal catòlica a Catalunya. Mataró ss.XVIII-XIX, que Dios mediante, se leerá en septiembre de 2007 en la U.A.B. Cofundador del informativo católico El Full de Mataró, colaboró semanalmente en su redacción de 1999 a 2005. Es presidente de la Asociación Cultural Jaume Isern de Amics de l’Orgue de Mataró y vocal de junta de la Asociación de Antiguos Alumnos Maristas de Mataró. Miembro activo del Museo Archivo de Santa Maria de Mataró, colabora en sus revistas de investigación histórica Fulls del Museu Arxiu de Santa Maria y Sessió d’Estudis Mataronins donde ha publicado diversos artículos: “Els Ferrer i el realisme constitucional. Aproximació de la seva aportació al desenvolupament i integració político-econòmica de la vila de Mataró a la Catalunya de l’Alta Edat Moderna, Fulls, núm. 81; “Alguns apunts de la vida dels caputxins a Mataró”, XVI Sessió, etc. Asimismo ha participado en la elaboración de la monografía que actualmente está en curso de edición por parte del Ayuntamiento de Barcelona, bajo la dirección de Marc Cuixart y Albert Cubeles para homenajear al arquitecto Josep Godoy i Casals. Es colaborador y asesor en temas históricos del semanario local mataronés Capgros y del mensual Mataró Report.